Una de las representaciones más relevantes del patrimonio vivo de México y del mundo, y como una de las expresiones culturales más antiguas y de mayor fuerza entre los grupos indígenas del país. Ese encuentro anual entre las personas que la celebran y sus antepasados, desempeña una función social que recuerda el lugar del individuo en el seno del grupo y contribuye a la afirmación de la identidad. Aunque la tradición no está formalmente amenazada, su dimensión estética y cultural debe preservarse del creciente número de expresiones no indígenas y de carácter comercial que tienden afectar su contenido inmaterial.
Actualmente, cada año, en el marco de esta celebración, en diversas ciudades mexicanas (sobre todo en las del centro y sur del país) gran parte de ella se lleva a cabo en el espacio público como las calles, plazas públicas y los cementerios públicos.
La herencia de los tianguis es una mezcla de las tradiciones de los pueblos prehispánicos y de los bazares del Medio Oriente llegados a América vía España.Estos tianguis se instalan año con año en todas las ciudades del país vendiendo flores de cempasúchil, papel picado, fruta de temporada, copal, incienso, orfebrería de barro, entre muchos materiales más. Con el paso del tiempo, algunos de estos tianguis se han vuelto sumamente representativos e identitarios para los habitantes de las ciudades, como es el caso del tianguis de la Río Blanco en Ciudad de México o el tianguis del Panteón Civil en Culiacán. Este tipo de uso del espacio público en el marco de las tradiciones, son de suma importancia ya que arraigan el sentido de pertenencia de los ciudadanos, aumenta su sentido de identitario y por tanto se genera mayor cohesión social, lo que desemboca en una mejor ciudad para todos. Y ahí es donde reside el gran valor social y cultural de los tianguis del Día de Muertos en las ciudades mexicanas.
Se trata de un atractivo evento, lleno de color, que celebra y recuerda a quienes ya no se encuentran entre nosotros.La ruta del desfile es de 8.7 kilómetros y tiene una duración de tres horas. Inicia en el Bosque de Chapultepec e integra carros alegóricos y la coreografía de 300 personas a ritmo de música en vivo. Las y los espectadores se aglomeran a lo largo del Paseo de Reforma para verlo culminar en el Zócalo capitalino. Una vez ahí se realiza el Festival de Ofrendas y Arreglos Florales. Este año participarán 500 voluntarios, un staff de 170 personas, 10 carros alegóricos y 4 globos monumentales. El tema será “México: El ombligo de la luna”, que aborda la aventura de la Luna, descendiente directa de Quetzalcóatl y la responsable de abrir el portal de los muertos.
Desde el 31 de octubre los panteones se visten de color con las ofrendas y decoración que las familias mexicanas, principalmente del centro y sur del país, instalan en las tumbas de sus muertos.Se trata de una tradición mexicana. El Día de Muertos fue declarado por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y nace de la relación entre la visión prehispánica de la muerte y las costumbres católicas.