Estacionamientos públicos o privados

El estacionamiento ha sido el dolor de cabeza de las ciudades durante décadas. En México y sus ciudades las autoridades aún se debaten entre si es necesario garantizar espacio para los automóviles privados o si será mejor cobrarlos, o bien reducirlos y a la larga eliminarlos.

Mientras la moneda siga en el aire, son varios los políticos, ya sea diputadas/os, senadores, alcaldes e incluso Gobernantes que se declaran a favor de brindar estacionamientos gratuitos a la ciudadanía, es su derecho, aseguran, pero derecho a ¿qué?

Recordemos la propuesta de nuestro legislador local, el Diputado Pedro Lobo, que se ha empeñado en aprobar una reforma a la ley que vuelva gratuitos todos los estacionamientos en plazas y comercios de la ciudad.

El Derecho a la Ciudad no está en debate, sin embargo, muy pocas personas conocen o dimensionan ese derecho. Es lamentable que en su mayoría se piense que el derecho a la ciudad radica en poder tomar un espacio de la banqueta o la calle para colocar un vehículo automotor – y uno es decir poco, ya que existen familias con un carro por integrante – o bien, tomar ese espacio para otros menesteres.

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“El Derecho a la Ciudad es definido como el usufructo equitativo de las ciudades dentro de los principios de sustentabilidad, democracia, equidad y justicia social. Es un derecho colectivo de los habitantes de las ciudades, en especial de los grupos vulnerables y desfavorecidos, que les confiere legitimidad de acción y de organización, basado en sus usos y costumbres, con el objetivo de alcanzar el pleno ejercicio del derecho a la libre autodeterminación y un nivel de vida adecuado. El Derecho a la Ciudad es interdependiente de todos los derechos humanos internacionalmente reconocidos, concebidos integralmente, e incluye, por tanto, todos los derechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales que ya están reglamentados en los tratados internacionales de derechos humanos”.

Partiendo de la declaración, debemos asegurar y aclarar algo desde ya, los automóviles no tienen derechos y, por ende, las autoridades no están obligadas a garantizar espacio público para su colocación.

Sin embargo, año con año son mayores los recursos destinados al automóvil, no es raro ver grandes obras o desarrollos en las ciudades, que van acompañados de espacios dos o tres veces más grandes para el estacionamiento de los automóviles.

¿Creen de verdad que eso es lo esencial?

Por si esto fuera poco, un sin número de empresas privadas, apoyadas por la autoridad quitan espacios diariamente a peatones, colocando o construyendo estacionamientos frente a sus establecimientos, ¿Dónde? Sobre las banquetas o aceras.

Es aquí donde entra otra cuestión a responder, ¿Es entonces necesario emplear los estacionamientos privados para que cada usuario de vehículo privado pague por guardar su máquina?

La respuesta es no, aunque por años se ha creído que, si y es por eso que los Centros Históricos o los centros, de nuestras ciudades han pasado a ser grandes estacionamientos uno encima de otro, uno una cuadra tras otra.

La realidad es que estos nunca serán suficiente para abastecer la “necesidad” de estacionar todo el parque vehicular, el cual continúa en crecimiento en las ciudades mexicanas.

Por otro lado, comerciantes y empresarios siguen creyendo la falsa idea de que entre mayor flujo de autos haya por sus calles, más ventas tendrán, o bien, que ofrecer unos cajones de estacionamiento garantizará el éxito de sus negocios.

Pero diferentes estudios, en diferentes ciudades han mostrado lo contrario. Entonces nos volvemos a preguntar ¿Cuál es la solución?

No hay respuestas correctas y cada ciudad deberá idear lo que mejor les convenga de acuerdo a las necesidades de sus habitantes, sin embargo, hay fórmulas que pueden imitarse, mismas que han tenido gran éxito y no sería extraño poder implementarlas aquí y allá.

“Reformar la política de estacionamiento es una herramienta para influenciar la demanda de transporte y desarrollo urbano de una ciudad: reducción de congestión, promover el transporte público, desarrollo compacto, vivienda accesible, mejorar la calidad del aire, la caminabilidad, la vitalidad económica de zonas, creación de corredores y recuperación del espacio público. Todos los viajes en auto comienzan y terminan en un cajón de estacionamiento”, se lee en el Menos Cajones, Más Ciudad del ITDP.

Lo urgente es poder sentar las bases para trabajar en una política pública que permita gestionar los estacionamientos y que a su vez esté ligada a un desarrollo orientado al transporte que permita a la ciudadanía dejar su auto en casa.

Las autoridades deben reconocer la importancia de hacer ciudad para las personas y no para los autos, de aquí que sea también urgente capacitar y sensibilizar no solo a tomadores de decisión, si no a sus subalternos, asesores y demás equipo de trabajo.  

Los estacionamientos no deben quedarse en nuestras ciudades, los espacios destinados a esto deben a la larga ser regresados a la ciudadanía y convertidos en verdaderos espacios públicos para el disfrute de las personas.

 


Nancy LópezNancy López. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Especialista en Pensamiento Estratégico Urbano con énfasis en Movilidad Sustentable por el Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano. Experta en Comunicación para la Movilidad, Seguridad Vial y Ciudades. Comunicación y Periodismo con Perspectiva de Género.

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