Supremacía del automóvil: ¿Dónde queda el peatón? (Parte 1 de 3)

Supremacía del automóvil: ¿Dónde queda el peatón? (Parte 1 de 3)

En la actualidad, el paradigma del transporte sigue permeando la asignación de recursos públicos en materia de movilidad. Automovilistas gozan de beneficios que las autoridades les brindan con tal satisfacer las “necesidades” del tránsito vehicular y su incremento.

 

“Para comprender la seguridad no hay que enfrentarse a ella, sino incorporarla a uno mismo.”  Allan Watts (1915 – 1973), filósofo británico.

 

El crecimiento  acelerado de la mancha urbana en las últimas décadas ha ido de la mano con el desarrollo de vías rápidas, puentes antipeatonales, distribuidores viales e infraestructura destinada al uso de modos motorizados de transporte (Figueroa, 2005).

Esto genera fuertes discrepancias que conlleva a una configuración espacial poco adaptada a las necesidades de peatones. Las vías rápidas, distribuidores viales puentes  vehiculares, pasos a desnivel, entre otros, obstaculizan el acceso y dificultan la circulación fluida y segura de peatones.

 

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Automovilista como un actor individual

Autores como Simmel (1903), ven este individualismo como el principal problema de la vida en las ciudades urbanas. Esto deriva de la demanda que antepone el individuo, con el fin de conservar su autonomía..

Por otra parte, el crecimiento del índice de vehículos en las ciudades da como resultado un incremento de accidentes viales y de tasas de mortalidad. Más de la quinta parte de las muertes por accidentes de tránsito en todo el mundo no son automovilistas, los fallecidos por accidentes de tránsito son peatones, ciclistas y motociclistas. 

 

El crecimiento del índice de vehículos en las ciudades da como resultado un incremento de accidentes viales y de tasas de mortalidad.

 

A menudo, se pueden prevenir las muertes o traumatismos que sufren los peatones y, si bien existen intervenciones de eficacia probada, en muchos lugares todavía no se concede a la seguridad peatonal la atención que merece. 

La reducción o eliminación de los riesgos en las sociedades modernas a los que se han de enfrentar las personas que se transportan a pie es un objetivo político importante que se debe de alcanzar.

Los accidentes que involucran a los peatones no deberían verse como hechos inevitables o cotidianos pues, en realidad, son una problemática que se debe prevenir, las personas tienen derecho a la movilidad y las ciudades la deben garantizar.

Beck habla sobre el riesgo en las sociedades modernas, ve el riesgo de la siguiente forma: – El riesgo es democrático (afecta a todos y a veces varía su intensidad según factores). -Implica desafíos donde todos tenemos que tomar partido. 

 

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A causa del miedo generado por el riesgo las elites y corporaciones, pueden sacar partido a beneficio suyo. El riesgo degenera en economía del miedo. Cuando se habla de riesgo en torno al peatón los accidentes presentan un alza al momento de desplazarse en las ciudades que carece de infraestructuras que estén diseñadas para proteger al peatón y en donde se permite el uso de vehículos a alta velocidad.

Cuanto mayor sea el número de vehículos que se mueven en espacios reducidos mayor será el riesgo de accidentes entre unos y otros (automóvil-peatón).

 

Parte 1 de 3

 

Fuentes: INFORME SOBRE LA SITUACIÓN MUNDIAL DE LA SEGURIDAD VIAL 2013, ONU: 2013.

 


Colaboración de: Harlen Brighit Santaella Félix. Lic. en Sociología 

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