Ciudades sin miedo; mujeres y el espacio público | Mapasin

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El miedo y la inseguridad en muchas ciudades es un detonante fundamental que causa desigualdad social, todos los ciudadanos tenemos el derecho de transformar esa sensación paralizante en una sensación de comodidad que debe ser normal para todos nosotros. La percepción de la seguridad incide en la cotidianidad de los ciudadanos, cómo te mueves, qué camino tomar y esas inseguridades cambian si eres mujer o hombre. De ahí la importancia de proyectar ciudades sin miedo, para que las mujeres se sientan libres en el espacio público.   Las mujeres y la ciudad  

Ciudades seguras para mujeres y niñas, a salvo del miedo y la violencia

En las ciudades de todo el mundo existen mujeres y niñas que viven cada día con la amenaza de la violencia y el acoso en los espacios públicos mientras desarrollan su rutina diaria, los cuales se produce en las calles, en autobuses o en sus propias colonias, estos abusos limitan la libertad de las mujeres, con inseguridad es difícil disfrutar del entorno urbano.  

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  Aunque la prosperidad no protege de la violencia hacia las mujeres y a las niñas, aquéllas que viven en situación de pobreza suelen estar expuestas a riesgos mayores, en general, son zonas más inseguras ya que están menos iluminadas y peor conservadas. Muchas veces, estas mujeres tienen que desplazarse a la escuela o al trabajo cuando ya es de noche. Algunas mujeres y niñas sufren riesgos añadidos por ser inmigrantes, o de algunas sociedades desplazadas, o miembros de grupos estigmatizados. Mujeres y el espacio publico

El derecho de las mujeres a una ciudad sin miedo

Si bien en las ciudades actuales existen manifestaciones de violencia que se han transformado en problemas centrales que afectan la calidad de vida de las personas. La percepción del miedo es una forma de violencia simbólica que afecta de manera diferente a hombres y mujeres. Entre las múltiples manifestaciones de violencia que se encuentran en la ciudad, es quizás la violencia sexual en todas sus formas y manifestaciones la que diferencia la sensación de temor entre ambos sexos.   Ciudades, el espacio público sin miedo   En este sentido, dado que la violencia que se experimenta o se percibe como amenaza, ejerce un efecto de restricción para el acceso, uso y apropiación de la ciudad por parte de la ciudadanía, es especialmente en el caso de las mujeres, que constituye uno de los obstáculos más importantes para su desplazamiento. Entre las distintas manifestaciones de violencia sexual que experimentan y temen las mujeres en el desarrollo de su vida cotidiana en el espacio público de la ciudad, destaca el papel del acoso sexual callejero, en el contexto de una relación de desigualdad de poder sobre el dominio del espacio en la ciudad.  

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  El acoso sexual callejero implica conductas como gestos obscenos, miradas lascivas o insistentes, insinuaciones sobre el cuerpo, tocamientos en el cuerpo de una mujer, entre otras, son conductas masculinas no solicitadas ni recíprocas.  Dentro de este contexto, figuras lingüísticas como el “piropo” se establece como una conducta que detona la sensación de temor y controlan la movilidad de las mujeres en la ciudad, fundamentalmente en espacios públicos.   Las mujeres y el miedo a las ciudades   El acoso callejero es una forma de violencia que constituye uno de los detonantes más comunes del temor de las mujeres a la ciudad. Este tipo de violencia sexual en la ciudad, forma parte de la vida cotidiana de las mujeres, quienes han experimentado en distintos momentos de su vida y particularmente en la juventud, una serie de patrones de conducta y comportamiento, que restringen su acceso a la ciudad y el disfrute de la misma, limitando su movilidad por miedo a sufrir algún tipo de agresión.  

La violencia contra la mujer en los espacios públicos

El objetivo que toda ciudad debe tomar es prevenir y reducir la violencia contra las mujeres y las niñas en los espacios públicos, proponer un modelo para promover el empoderamiento de la mujer y la igualdad de géneros, profundizando en herramientas que permitan afirmar los cimientos de ciudades con perspectiva de género, centrándose en zonas pobres y grupos excluidos, además de identificar las zonas inseguras y las intervenciones necesarias, conocer la magnitud de los riesgos para la seguridad y el acoso que las mujeres tienen que afrontar cada día en los espacios públicos.  

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  Dentro del enfoque de mejora a la seguridad abarca la gobernabilidad, la planificación urbana y la participación política, el refuerzo de leyes y políticas para abordar expresamente las diferentes formas de violencia, prácticas de seguridad por parte de las autoridades locales, en colaboración con las mujeres y sus comunidades, además de abordar proyectos urbanos que logren un entorno seguro para todos (señalización de las calles, iluminación y la localización de las paradas de autobús seguras).   Las mujeres y el miedo en las ciudades En otras palabras, se podría decir que las percepciones de miedo de las mujeres en la ciudad están estrechamente asociadas con sus experiencias y sensación que tengan de las personas que ocupan el espacio público y que lo controlan. Todos y todas tenemos el derecho a vivir una vida libre de cualquier tipo de violencia, tomando en cuenta el papel que viven las mujeres y su derecho a circular sin miedo por las calles y espacios públicos de la ciudad a cualquier hora del día y de la noche.  
Anel Mejía
Anel Mejía. Licenciada en Diseño Urbano y del Paisaje por la Universidad Autónoma de Sinaloa.

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