La ciudad es considerada el lugar de las iniciativas, las oportunidades y las libertades individuales y colectivas. Donde la historia del lugar une el pasado con la memoria y los proyectos del futuro dan sentido al presente. Las calles están llenas de recuerdos, sentimientos y momentos comunitarios enlazados con edificios, monumentos, tramas y el espacio público, entonces...
¿Por qué no darles la importancia que ameritan?
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Town Planner Jan Gehl.[/caption]
Como nos explica Jan Gehl en su libro “Ciudades para la Gente”, las urbes han evolucionado de una manera ineficiente para los habitantes de las ciudades, donde el enfoque carrocentrista ha guiado el desarrollo de estas en su propio beneficio, dando mayor cabida y preferencia al automóvil y ha ido despojando al peatón del espacio público, reduciendo su seguridad y comodidades.
El entender las ciudades es sumamente complejo, pues en la jungla urbana, a pesar de ser las personas el elemento principal, no siempre han sido el protagonista de las ciudades, sino el automóvil. La ciudad se diseñó tomando en cuenta la escala del modelo del auto, sus necesidades espaciales y su velocidad, quedando de lado las necesidades de la sociedad y de esparcimiento.
Esto ha resultado en la deshumanización del espacio público, donde las calles pasan de ser espacios de encuentro entre usuarios, a vías de paso de vehículos.
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El entender las ciudades es sumamente complejo, pues en la jungla urbana, a pesar de ser las personas el elemento principal, no siempre han sido el protagonista de las ciudades.[/caption]
Es importante la identificación de las personas con el espacio público para apropiarse de los lugares y que éstos se conviertan en espacios con vida, es por eso que debemos planear una transformación, que puede ir desde una acción efímera a una permanente, donde se revitalice el ambiente urbano y se atiendan los espacios de relación.
El resultado de los diseños de espacios urbanos, que excluyen a los ciudadanos al no tomar en cuenta el uso que éstos hacen de ellos, introducen una pérdida de calidad de vida. En este contexto la participación ciudadana y su implicación son fundamentales, pues, a veces, los proyectos de espacios públicos no reflejan sus intereses. Los ciudadanos son los que utilizan y transforman la ciudad diariamente y, a menudo, tienen necesidades que se olvidan en la planificación urbana.
Autor: Ernesto Rivera. Diseñador Urbano y del Paisaje por la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS). "Navegante urbano comprometido con idear soluciones creativas que devuelvan la vida a la calle"