El día de mañana se celebra el Día del Niño en México, por lo que es un buen momento para hablar sobre la situación de la niñez y los siniestros viales en México. Los siniestros viales son unos de los principales problemas de salud que aquejan a las niñas y niños en Latinoamérica. Según un estudio publicado por la Revista Brasileña de Población, la mortalidad de niñas y niños por causas externas es uno de los principales problemas de salud pública a nivel mundial. Los siniestros viales entran dentro de estas causas externas.
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Clasificación de las causas externas de la niñez.
Las causas externas de mortalidad se han clasificado generalmente en intencionales o violentas (suicidio y homicidio), no intencionales (siniestros viales o accidentes en casa) y de intención no determinada. En Latinoamérica la mortalidad por estas causas tiene niveles muy elevados, con un gran efecto en la mortalidad general.
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¿Por qué los niños suelen ser los más afectados en un siniestro vial?
En el caso de siniestros viales por atropellamiento, si el menor pasa por el arroyo vehicular entre dos vehículos, su pequeña estatura dificulta la visión de los vehículos que circulan; entonces, cuanto menor es el cuerpo del individuo, es menos visible para un conductor. Ante situaciones de desastre, las niñas y los niños son más vulnerables ya que cuentan con una menor capacidad de reacción para escapar del sitio de impacto ante una situación de peligro, y mayor dificultad para seguir instrucciones de quienes pretenden auxiliar a las víctimas.
Estadísticas mundiales.
Según la OMS, cada año en todo el mundo mueren 950,000 niños por lesiones, y en aproximadamente el 90% por diversos tipos de accidentes. Salvo en las lesiones por quemadura, en todos los mecanismos predomina el sexo masculino sobre el femenino. Y los siniestros viales ocupan el noveno lugar, en el grupo de 1 a 4 años de edad.
Así mismo, los siniestros viales son la primera causa de muerte en el grupo de 15 a 19 años y la segunda causa de mortalidad entre los 5 y 14 años de edad, superados únicamente por las infecciones de vías respiratorias bajas. Al analizar exclusivamente las muertes por siniestros viales la OMS registra una tasa de mortalidad de 20.1/100,000 habitantes por año en los países con ingresos económicos intermedios, grupo al que pertenece la mayoría de los países de Latinoamérica.
Las niñas y niños de Latinoamérica: los más afectados por siniestros viales.
Las cifras en los países Latinoamericanos, resultan ser el doble de las que se registran en los países ricos. En el análisis regional, según la Organización Panamericana de la Salud, la tasa de mortalidad por causas externas en todas las edades varía ampliamente entre los diferentes países.
La situación en México.
En México se documentó una tasa de 60.5 por 100,000 habitantes durante 2010, y ocupa un lugar intermedio respecto de otros países de América. En México, durante el periodo de 2003 a 2007, ocurrieron en promedio 53,480 muertes anuales por lesiones considerando todos los grupos de edad. De ellas, el 72% fueron por siniestros viales. Y aproximadamente el 12% de todas las defunciones ocurrieron en menores de 14 años. En cuanto al mecanismo, en 2011, la tasa de mortalidad por siniestros de tránsito fue de 14.4 por 100 mil habitantes.
Nuestras ciudades necesitan un diseño urbano que proteja a nuestras niñas y niños.
Como se mencionó anteriormente, una de las principales causas de atropellamientos en los que pequeños, es debido al tamaño de ellos, en este sentido, se deben desincentivar el uso de vehículos grandes particulares en las zonas urbanas, ya que este tipo de vehículos son los que suelen estar más involucrados en atropellamientos a menores.
Por otra parte, la infraestructura deber presentar un escenario urbano y arquitectónico que le de la jerarquía y la visibilidad que los pequeños necesitan para salvaguardar su vida. También resaltar, que los pequeños que viajan como pasajeros en los vehículos suelen ser los primeros en morir en caso de un siniestro vial, y esto más que nada tiene que ver con la falta de aditamentos de seguridad pasiva como el uso correcto del cinturón y/o las sillas de seguridad. Y, por último, insistir en la reducción de las velocidades en las zonas urbanas, como ya se ha comprobado, la velocidad hace la diferencia entre la vida y la muerte.
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Autora: Gloria Morales. Licenciada en Arquitectura por la Universidad Autónoma de Sinaloa. MC. en Arquitectura y Urbanismo por la Universidad Autónoma de Sinaloa. Profesora e investigadora en temas urbanos.