Checa esto: La dimensión humana - Jan Gehl.
Según Jah Gehl, el punto de partida idóneo para lograr ciudades para las personas es concentrarse en la movilidad y los sentidos de la persona, pues es la forma en la que vivimos el espacio y en el que nos comunicamos con otros y con el mismo.
En principio las ciudades entendieron bien este proceso en el que tanto las personas como la ciudad misma se entendían mutuamente, ya que buscaban la forma más sencilla y directa posible de conectar la calle con la plaza o los mercados; que son de los elementos más básicos y rudimentarios en las urbes pero que dejan bastantes aprendizajes y que para este tema en específico podríamos entender como la calle “movimiento” y la plaza o el mercado “el lugar donde los sentidos se experimentan”.
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El ser humano es un mamífero lineal, frontal, erecto, que se orienta horizontalmente en el espacio. Sendas, calles y bulevares son todos espacios para el movimiento lineal, el cual está codificado en las bases del sistema humano de locomoción y de sus sentidos. Trabajar con la escala humana, básicamente significa trabajar con los sentidos del hombre; proveyendo espacios que espacios públicos que tengan en cuenta las características dictadas por el cuerpo humano y sus sentidos.
La cantidad de automóviles en las ciudades, tanto los que circulan como los que están estacionados, ha contribuido significativamente a la confusión que existe sobre el tema de la escala en relación a las urbes.
Si buscamos alentar la marcha y el ciclismo, si queremos construir ciudades seguras, sanas, vitales y sostenibles, es indispensable conocer en profundidad cómo funciona la escala humana.
El cuerpo humano, sus sentidos y su movilidad son la clave para lograr una buena planificación urbana que le sirva a la gente. Todas las respuestas se encuentran ahí, encapsuladas dentro de nuestros cuerpos.