En caso de que existan banquetas en las calles, podemos encontrar que la mayor parte de ellas no cumplen con los requerimientos básicos para hacer uso de ellas. Son muy estrechas, la superficie está en mal estado, tienen desniveles, están obstruidas por postes, autos, etc.
Lo cual podría ser una gran oportunidad para poner en marcha un programa de construcción y reparación de banquetas, tal como se hace para los baches en los carriles vehiculares pero para el beneficio de las y los peatones.
Un programa de arborización de banquetas existentes podría ser de gran utilidad, así mismo debería ser de preocupación de las y los vecinos de las calles que actualmente se están pavimentando el que se coloquen espacios adecuados para sembrar nuevos árboles y así sus calles y banquetas sean más agradables en todos los sentidos.
Durante ya algún tiempo se ha notado en la ciudad la implementación de mejores acciones que disminuyen estos riesgos, por ejemplo la aplicación de pintura termoplástica, que tiene una vida útil mucho mayor que la pintura de tráfico convencional, la remodelación geométrica de algunos cruceros así como la implementación de cruces peatonales seguros a nivel de banqueta, lo cual debe continuar y ser una constante en el futuro de la ciudad.
Así como estos retos sabemos que las personas pueden enfrentarse a más todos los días, queremos que nuestra ciudad sea más segura y cómoda para todas las personas.
Sabemos que faltan muchas cosas por hacer, pero para tener la ciudad que queremos debemos exigir cada día espacios más dignos para caminar, una ciudad que camina es una ciudad saludable.
Autor: Andrés Salazar. Egresado de la Primera Generación de Urbanistas por la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Estratega Urbano con enfoque en Movilidad Urbana Sustentable por el Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU).