UNA MOVILIDAD AMIGABLE: ¿ES POSIBLE DISFRUTAR EL DESPLAZARNOS?

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Movernos dentro de nuestras ciudades es una necesidad básica para todas las personas que las habitamos, pero ¿Realmente podemos disfrutar haciéndolo?. En un estudio de percepción realizado por diversas universidades de los Estados Unidos, se reveló que transportarnos en la ciudad es una de las actividades menos placenteras que hacemos día con día. Sin embargo, ¿A qué se puede atribuir esto? Algunos expertos proponen que esto puede deberse a diversos factores como por ejemplo: la manera en que han sido diseñadas y planificadas nuestras ciudades. A las grandes distancias y amplios tiempos de traslado. A la pobre diversificación del uso de suelo y equipamiento del espacio público. Además de una escasa oferta de sistemas de transporte y gran dependencia al uso del automóvil. Todo esto ha contribuido a generar las condiciones para que nuestros desplazamientos sean cansados, aburridos e incluso estresantes, en lugar de ser una experiencia que podamos disfrutar. Quizás la mayoría de las personas hemos tenido la creencia (o tal vez ni siquiera nos hayamos detenidos pensar en ello) que las calles de nuestras ciudades son sólamente un lugar de paso y no un espacio para estar, para habitar y disfrutar. Que la rúa ha sido diseñada y dispuesta únicamente para el movimiento “rápido”, especialmente para los vehículos motorizados, sin tomar en cuenta la experiencia de sus usuarios.     Esta forma de ver y pensar nuestras calles y ciudades, también promueven la existencia cotidiana y exacerbación de los atascos vehiculares, el tráfico, la contaminación, el ruido y el estrés, los cuales a su vez derivan en una deplorable calidad de vida, no solo para quienes utilizan el automóvil para desplazarse, sino también para las y los usuarios que optan voluntaria o involuntariamente por otras formas de transporte. ¿Cómo podemos cambiar esta realidad? Estudios científicos en distintas partes del mundo, han demostrado que el caminar y andar en bicicleta traen grandes beneficios a la salud física y mental de las personas que lo practican. Además, la gran mayoría de los individuos involucrados, afirmaron sentirse felices al realizar dicha actividad.     Es de vital importancia apostar por la creación de espacios seguros y cómodos para caminar y utilizar la bicicleta. También es necesario mejorar la calidad de los servicios y equipamientos del espacio público para que estos sean más incluyentes, así como crear un sistema de transporte público confiable y eficiente. Estas acciones nos pueden ayudar a generar un gran impacto positivo en la calidad de vida y el bienestar de quienes habitamos la ciudad. Transformemos nuestras calles para que éstas se conviertan en espacios de encuentro, admiración y gozo, en lugar de que sean un lugar más de paso.  
Andres Salazar VidalesAutor: Andrés Salazar. Egresado de la Primera Generación de Urbanistas por la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Estratega Urbano con enfoque en Movilidad Urbana Sustentable por el Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU).

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