Existen prácticas habituales y reiteradas de desplazamientos de corta duración y distancia vinculadas a distintos fines, donde estadísticamente predominan los desplazamientos al trabajo y al lugar de estudio (en ocasiones englobadas como movilidad obligada), aunque existen otras motivaciones: compras, ocio, ir a comer, visitar a familiares y amigos, llevar o recoger a alguien.
Las fuentes de información para su medición pueden ser encuestas especializadas o, en algunos casos, los censos de población y vivienda.
Según el portal de la CEPAL, para el análisis de la movilidad cotidiana se usa como herramienta principal la matriz de origen-destino con el objetivo de mostrar los movimientos cotidianos, ya sean por desplazamientos a los lugares de trabajo o estudio, y que ocurren entre distintas unidades administrativas.
A nivel nacional, según datos de INEGI, el 10.5% de la población que asiste a la escuela lo hace en un municipio, entidad o país distinto al de su residencia, mientras que 18.6% de la población ocupada se desplaza fuera de su municipio de residencia para ir a trabajar.
Un poco más del 10% de la población que se mueve por motivos de estudios, tarda entre media y una hora en promedio para llegar a su lugar de estudio. A su vez, más del 50% de los estudiantes llega caminando y el 2.1% en transporte escolar.
El vehículo particular es utilizado por el 33.1% de la población ocupada para su traslado al trabajo, 32.5% se desplaza en camión, taxi, combi o colectivos y 27.4% acude a su lugar de trabajo caminando. Poco más de 10% de las personas ocupadas invierte una hora o más en el traslado a su trabajo.
Autor: Oscar Urquidy. Licenciado en Diseño Urbano y del Paisaje por la Universidad Autónoma de Sinaloa. Miembro staff de Mapasin.