En un informe del Banco Mundial (2022) se estimó que el costo de los daños a la salud causados por la contaminación atmosférica asciende a USD 8.1 billones al año, lo que equivale al 6.1 % del producto interno bruto (PIB) mundial.
La contaminación del aire significa elevados costos para la economía, la productividad laboral, la atención sanitaria y el turismo.
En Sinaloa las fuentes móviles carretera son la primera fuente emisora de monóxido de carbono (CO), 71%. Y la segunda fuente emisora de óxidos de nitrógeno (NOx), 34% (PROAIRE, 2018).
Sin embargo, según la Agencia de Protección al Ambiente (2023) las partículas suspendidas PM 10 y PM 2.5 son uno de los contaminantes más tóxicos para la salud humana y pueden provenir de los automóviles, camiones, fábricas, quema de madera, residuos, cultivos y otras actividades.
Por otro lado, un estudio del Banco Mundial (2023) concluyó que las PM2.5 derivada de la quema de combustibles fósiles (por ejemplo, la combustión de carbón o las emisiones de vehículos que utilizan diésel) se encuentra entre los tipos de PM2.5 más tóxicos.
Por esa razón el principal propósito de la gestión de la calidad del aire, es proteger la salud de la población realizando registros de las concentraciones de los contaminantes medidos en estaciones que conforman los sistemas de monitoreo atmosférico. Estos contaminantes son por ejemplo partículas suspendidas PM10 y PM2.5, ozono (O3), monóxido de carbono (CO), bióxido de azufre (SO2) y bióxido de nitrógeno (NO2) (PROAIRE, 2018).
Según el Plan Estatal de Cambio Climático de Sinaloa (2012) en el periodo de 1990-2010, la segunda emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) más importante del estado corresponde al sector transporte, en el cual automóviles y motocicletas representaron el 26% de las emisiones, seguido por camiones para servicio pesado y autobuses con el 25%. En conjunto, el sector del transporte terrestre (automóviles, motocicletas, camiones para servicio pesado y autobuses) representa el 51% de las emisiones generadas en el sector energía.
Los productos derivados de la combustión de combustibles fósiles como la gasolina y el Diesel agrupan al dióxido y monóxido de carbono (CO2 y CO respectivamente), dióxido de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NOx) y diverso material particulado (Instituto Mexicano del Transporte, 2014).
Salvador Martínez. Ejecutivo de proyectos de Mapasin. Licenciado en Biología con orientación en ecología y diplomado en Criterios Metodológicos y Gestoría para el Proceso de Evaluación de Impacto Ambiental por la Universidad Autónoma de Sinaloa. Experiencia en análisis de prevención y control de la contaminación y en educación ambiental.