Esa pareciera ser la interminable discusión que brota cada que enunciamos bicicletas y Culiacán en una misma oración. Argumentos como: “no debe haber ciclistas en la ciudad mientras no cuenten con su propia infraestructura” y otros como “no hemos implementado infraestructura porque casi no hay ciclistas”, son los que al final del día terminan dejando al ciudadano en una especie de limbo urbano con un discurso que se pareciera un poco a ¿que fue primero el huevo o la gallina? ¿Tenemos una ciudad lista para las bicicletas?
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Lo real es que las bicicletas ya están en nuestra ciudad y lo han estado incluso antes de la llegada del automóvil. Actualmente, los ciudadanos ya las usan como modo de transporte, de hecho, nunca han dejado de hacerlo. Tan solo hace falta voltear ver los diversos perfiles de ciclistas urbanos, incluso algunos los hemos venido presentando semanas atrás en este mismo espacio.
Por otra parte, también es cierto que la percepción y uso de esta como modo de transporte ha sufrido altibajos, también es cierto que la tendencia actual internacional es regresarle el lugar que perdió en la ciudad con la inserción del automóvil.
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Uso de la bicicleta como modo de transporte y los sistemas de bicicleta pública.
La verdad es que no se trata de si “una ciudad está lista para las bicicletas o no”, en la historia las bicicletas solo llegaron y se quedaron. Un ejemplo de ello son los sistemas de bicicletas públicas; no es lo mismo que un ciudadano posea su propia bicicleta para desplazarse a que cuente en su ciudad con bicicletas públicas a su disposición.
Los inicios del sistema de bicicleta pública tienen origen en Ámsterdam desde 1964. El proyecto inició con la simple acción de dejar por las calles bicicletas blancas a disposición de cualquiera que necesitara desplazarse sin costo alguno y cuando terminaran de utilizarla dejarla de nuevo en la calle para el siguiente usuario. Es claro que esta dinámica ha evolucionado desde aquella época y hoy tenemos sistemas de bicicleta pública más sofisticados e integrales.
Pero lo rescatable de este antecedente, es que el sistema nació sin contar realmente con una red de infraestructura ciclista de gran alcance. Se concibió desde la necesidad latente de los ciudadanos de desplazarse por la ciudad sin restricciones de horario (como en el caso del transporte público), con el menor costo a sus bolsillos, de forma práctica, sencilla y rápida.
Desplazamientos en bicicleta: una necesidad presente y latente.
A través de las décadas poco a poco algunas ciudades le han apostado a atender estas necesidades promoviendo y apoyando los desplazamientos en bicicleta. Es entonces cuando comienza la creación y crecimiento de infraestructura ciclista, lo que a su vez desembocó en el aumento de usuarios de bicicleta como modo de transporte.
En Culiacán ya hay bicicletas circulando todos los días por la ciudad, también tenemos ciudadanos con la misma necesidad latente de desplazarse sin restricciones de horario, con bajo costo, de forma práctica, sencilla y rápida, pero sobre todo de forma segura.
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Si así se desea, Culiacán puede ser no solo una ciudad lista para las bicicletas, sino puede llegar a ser un ejemplo de buenas prácticas.
En el contexto actual de crisis sanitaria, la bicicleta sin duda ha sido un aliado para suplir las necesidades de transporte sin exponerse al contagio. Por ello, es que, en diversas ciudades de México, el número de usuarios ciclistas ha ido en aumento, y nuestras ciudades no pueden ni deben hacer caso omiso a esta nueva ola de usuarios que se vienen sumando, al contrario, es un buen momento para regresarles el espacio perdido dentro de la ciudad.
Culiacán debe mejorar las condiciones para los ciclistas y cualquier propuesta de mejora debe ser tomada en cuenta y aplicada. Es importante dejar de centrar el discurso de si estamos listos o no, por ejemplo; no todas nuestras banquetas se encuentran en óptimas condiciones y sin embargo caminamos sobre ellas.
Autora: Gloria Morales. Licenciada en Arquitectura por la Universidad Autónoma de Sinaloa. MC. en Arquitectura y Urbanismo por la Universidad Autónoma de Sinaloa. Profesora e investigadora en temas urbanos.