Diseño urbano, espacio público y violencia de género | Mapasin

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La principal violencia que experimentan las mujeres en el ámbito comunitario es de tipo sexual: aproximadamente 34 de cada 100 mujeres en México la han experimentado a lo largo de su vida; Mapasin considera importante visibilizar y documentar los tipos de violencia de género y considerarlos para la prevención en la planificación urbana  

La violencia y las mujeres en la ciudad

El 63 por ciento de las mujeres que viven en las ciudades tienen mayor posibilidad a experimentar violencia a lo largo de su vida, según datos de INEGI 2020. El 43 por ciento de los delitos cometidos contra las mujeres son los relacionados con el abuso sexual y la violación en un 37 por ciento. En cuanto a feminicidios, según datos de las CEPAL en 2018, los índices en América Latina rozan las cifras de pandemia, encabezando en esa lista México y Brasil. Las mujeres diariamente son violentadas con conductas como el acoso sexual, que han sido etiquetadas como halagos o piropos y que encubren otro modo violento de control y la búsqueda de la sumisión de las mujeres a través de sus cuerpos en un espacio el público organizado según los patrones de género.  

¿Qué injerencia tiene el diseño urbano?

Uno de los temas más estudiados desde el urbanismo es la inseguridad de las mujeres. Las ciudades continúan teniendo entre sus grandes retos el hecho de cómo afecta la violencia a las mujeres y su derecho a la ciudad. Son pocas las ciudades que han incorporado la perspectiva de género en las políticas urbanas para la prevención de la violencia. Según la ONU, la violencia de género es todo acto violento basado en la pertenencia al sexo, que tenga o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada. Autores como Sonia M. Frías, señalan que la violencia de género en contra de las mujeres en espacios públicos como el laboral, educativo o comunitario tiene su origen en la desigualdad estructural entre hombres y mujeres socialmente construida.  

El espacio público y las mujeres

“Tradicionalmente el espacio público ha sido reservado al varón, mientras que el privado corresponde mayoritariamente a la mujer. Cuando la mujer irrumpe en el espacio público, es objeto de distintas formas de violencia de género que tienen como finalidad ‘recordarle’ que está en un espacio que no le corresponde”, señala. De acuerdo con el artículo 16 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (2007), la violencia en el ámbito comunitario se manifiesta en “los actos individuales o colectivos que transgreden derechos fundamentales de las mujeres y propician su denigración, discriminación, marginación o exclusión en el ámbito público”.   diseño urbano y violencia de género    

Estos son los 2 periodos de violencia contra la mujer

La ENDIREH 2016 ofrece información referente a la violencia experimentada por las mujeres de 15 años y más en el ámbito comunitario, en dos periodos: a lo largo de su vida y en el último año. Contempla violencia emocional, física y sexual, y se consideró que los agresores son, principalmente, personas que no tienen un vínculo de parentesco con las mujeres, así como, personas diferentes al novio, pareja, esposo, personas del trabajo o de la escuela. El número de mujeres de 15 años y más asciende a 46 millones 501 mil 740 y todas ellas están expuestas a experimentar algún tipo de violencia en el ámbito comunitario. Según el estudio, aproximadamente 39 de cada 100 mujeres, es decir, alrededor de 18 millones, han experimentado alguna vez en su vida algún tipo de violencia en el ámbito comunitario, de estas, alrededor de 23 de cada 100 experimentaron violencia recientemente, esto es, poco más de 10.8 millones de mujeres.  

La principal violencia en el ámbito comunitario es de tipo sexual

Aproximadamente 34 de cada 100 mujeres han experimentado algún tipo de violencia en el ámbito comunitario a lo largo de su vida, y de ellas, 20 de cada 100 experimentó alguna de las agresiones en 12 meses previos, destaca la ENDIREH.  

Los actos de violencia sexual en orden de mayor a menor ocurrencia son:

  1. Piropos groseros u ofensivos de tipo sexual o sobre su cuerpo.
  2. Son manoseadas, tocadas, besadas o se le han arrimado, recargado o encimado sin su consentimiento.
  3. En menores porcentajes, las agresiones involucran a personas que les mostraron sus partes íntimas, les han levantado la falda, el vestido o le han jaloneado la ropa para ver sus partes íntimas o su ropa interior.
 

Agresiones emocionales

Casi 15 de cada 100 mujeres han experimentado agresiones de tipo emocional a lo largo de su vida en el espacio público: las han vigilado o seguido, las han ofendido o humillado por el hecho de ser mujer (la hicieron sentir menos o mal), las han ignorado o no la han tomado en cuenta, por ser mujeres. Casi 10 de cada 100 mujeres han experimentado violencia física a lo largo de su vida, y casi 5 de cada 100 durante el año 2020.   diseño urbano y violencia de género

El agresor y lugares de agresión

El tipo de agresor con mayor número de menciones es desconocido (73.7%), el resto obedece a conocidos, vecinos, conductores de transporte público y amigos. La ENDIREH 2016 contempla once categorías de lugares donde pueden ser agredidas las mujeres, entre estos lugares se encuentran: la calle, parque, mercado, plaza, tianguis, centro comercial, transporte público, iglesia, cantina, bar, una vivienda particular, etc. Los lugares con el mayor número de menciones en donde las mujeres experimentaron algún tipo de violencia en el ámbito comunitario son: la calle, o el parque (65.3%), seguido por el autobús o microbús (13.2%). Entre las mujeres que experimentaron violencia de tipo emocional, los lugares más mencionados son: la calle o el parque (72.3%), en un autobús o microbús (6.9%) o en mercados, plazas, tianguis o centros comerciales (6.5).  

La propuesta de Mapasin para Sinaloa

Mapasin considera importante visibilizar y documentar los tipos de violencia de género y considerarlos para la prevención en la planificación urbana. Fomentando auditorías sobre las calles, entrevistas a personas clave, entrevistas a profundidad, talleres y mesas de discusión para el desarrollo de estrategias que aborden los problemas identificados y que por tanto consideren las necesidades de que a las mujeres se les presentan en el espacio público. Los índices de violencia de género rozan niveles de pandemia, lo que debe motivar a planificar espacios públicos seguros para las mujeres, ya que, según diversos estudios, el aumento de la presencia de mujeres en el espacio público eleva los niveles de seguridad pública. Es decir, si una mujer está a salvo en el espacio público, entonces los demás también lo estarán.   
Gloria C. Morales FonsecaAutora: Gloria Morales. Licenciada en Arquitectura por la Universidad Autónoma de Sinaloa. MC. en Arquitectura y Urbanismo por la Universidad Autónoma de Sinaloa. Profesora e investigadora en temas urbanos.

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