Caminar por la ciudad es uno de los mejores ejercicios que podemos realizar. No solo llegamos a nuestro destino en pocos minutos, sino que también mejoramos nuestra salud al hacerlo. Sin embargo, México es considerado un país sedentario, donde el uso del automóvil sigue predominando sobre el hábito de caminar. Por lo anterior, es que hoy queremos compartirte información sobre la movilidad activa y como esta es clave para un envejecimiento saludable y feliz en las personas adultar mayores.
Realizar actividad física regula hormonas que nos hacen sentir felices, promueve el bienestar mental y disminuye la incidencia de enfermedades como la depresión, diabetes e hipertensión. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2021 reporta que en México 12.4 millones de personas padecen diabetes, siendo la diabetes mellitus tipo II más común en mayores de 60 años. Además, según datos del Módulo de Práctica Deportiva y Ejercicio Físico (MOPRADEF) 2018 del INEGI, el sedentarismo afecta al 58.3% de los adultos mayores de 18 años en el país.
La actividad física es crucial para un envejecimiento saludable, especialmente entre personas mayores, debido a los múltiples beneficios.
Prevención de enfermedades crónicas.
Fortalecimiento muscular y óseo.
Movilidad y equilibrio.
Prevención de depresión y ansiedad.
Mejora cognitiva.
Reducción del estrés.
Interacción social.
Refuerzo de la autoestima.
Independencia.
Energía incrementada.
Caminar es un ejercicio accesible y seguro que aporta múltiples ventajas:
Salud cardiovascular.
Fortalecimiento muscular y óseo.
Control del peso y metabolismo.
Salud mental.
Consejos para caminar de forma segura:
Usar zapatos cómodos y antideslizantes.
Comenzar con caminatas cortas, incrementando gradualmente.
Elegir horarios con temperaturas agradables y buena iluminación.
Llevar agua para evitar deshidratación.
Caminar en superficies seguras y lisas.
Un entorno urbano adecuado es clave para fomentar el ejercicio entre las personas mayores. Algunas acciones recomendadas son:
Diseño inclusivo de aceras y cruces peatonales.
Espacios públicos accesibles y seguros.
Reducción del tráfico motorizado.
Transporte público adaptado.
La movilidad activa no solo mejora la salud, sino también conecta a las personas mayores con su entorno, fortaleciendo su bienestar integral. Con entornos urbanos inclusivos y seguros, podemos fomentar el envejecimiento saludable y mejorar la calidad de vida de millones de personas.