De acuerdo al artículo 4° de la Constitución, toda persona tiene derecho a un medio ambiente sano para su desarrollo y bienestar (DOF, 2012). Por otro lado, los derechos del peatón incluyen la posibilidad de transitar con seguridad, acceder a espacios públicos adecuados y disfrutar de la ciudad sin obstáculos, tanto físicos como visuales.
Cualquier persona que transite caminando en una ciudad puede estar expuesta al sol, la lluvia, las temperaturas extremas y a la contaminación.
Por esta razón tanto el arbolado urbano como la buena calidad del aire juegan un papel muy importante en el bienestar de los peatones, beneficiando de diversas maneras, mejorando la salud, seguridad y experiencia al caminar.
Los árboles contribuyen a la reducción de la contaminación del aire, lo que a su vez disminuye problemas respiratorios y cardiovasculares (Semarnat, 2020). Además, al crear espacios más agradables para caminar, fomentan la actividad física, como caminar y andar en bicicleta, mejorando la salud física y mental.
Percepción de seguridad
La presencia de árboles puede hacer que las calles se perciban como más seguras, lo que puede llevar a un aumento del tránsito peatonal y por lo tanto, a una mayor vigilancia natural (World Resources Institute, 2016).
Reducen el calor y el ruido
Los árboles proporcionan sombra, reduciendo la exposición al sol y creando espacios más frescos y agradables para caminar, especialmente en climas cálidos. La disminución del ruido ambiental también contribuye a una experiencia más relajante al caminar (Ciudades Verdes, 2020).
Estética y valor de la propiedad
Los árboles embellecen las calles y los espacios públicos, mejorando la calidad visual del entorno urbano y aumentando el atractivo de las zonas residenciales y comerciales, lo que puede aumentar el valor de las propiedades (World Resources Institute, 2016).
Tener una buena calidad del aire en la ciudad beneficia directamente a los peatones al reducir problemas respiratorios, alergias y enfermedades cardiovasculares, además de mejorar su bienestar general. Al caminar en un ambiente con aire limpio, los peatones experimentan menos irritación en ojos y garganta, y disminuye el riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con la contaminación.
Retos para las ciudades
A pesar de conocer la importancia de tener una buena calidad del aire y de los beneficios del arbolado urbano, siguen existiendo retos que superar. Según el índice de ciudades sostenibles (2021) las zonas metropolitanas de nuestro país en promedio se encuentran en 1.17 metros cuadrados de área verde por habitante y solo el 32.14% de la población puede acceder a áreas verdes en una distancia no mayor a 350 metros de su vivienda.
Cecil Konijnendijk, un ingeniero forestal urbano, propuso recientemente la regla 3-30-300 como regla general para los espacios verdes en las ciudades. Sugirió que todas las personas deberían poder ver al menos tres árboles (de un tamaño decente) desde su casa, debería haber un 30% de cobertura de árboles en cada barrio y nadie debería vivir a más de 300 metros del parque o espacio verde más cercano (Instituto de Salud Global Barcelona, 2021).
La regla 3-30-300 es un concepto que busca mejorar la salud y el bienestar de las personas en entornos urbanos, promoviendo el acceso a espacios verdes y naturaleza.
Por otro lado, la OMS (2022) asegura que el 99% de la población mundial respira un aire que supera los límites recomendados por la organización y contiene altos niveles de contaminantes. Los cuales pueden provocar diversos malestares, desde irritación de garganta y ojos hasta problemas más graves como respiratorios, cerebrovasculares y cardiovasculares (SEMARNAT, 2021).
Necesitamos tener un monitoreo constante de la contaminación del aire y ofrecer información en tiempo real para proteger a la ciudadanía, además de generar estrategias y acciones para mejorar la calidad del aire en nuestras ciudades. También es necesario aumentar la cantidad de árboles y área verde en general para mejorar nuestra calidad de vida y tener ciudades mas resilientes ante el cambio climático. El arbolado urbano es una inversión en la salud, seguridad y bienestar de todas las personas incluyendo a los peatones, creando entornos urbanos más habitables y agradables.