Me gustaba acompañar a mi abuela en sus compras para el altar que hacía en memoria de su papá y de su hermano mayor. Recuerdo que la comida la servía en una pequeña y curiosa vajilla de barro que probablemente compró en un uno de los muchos tianguis de la ciudad, pero que para mí era un complemento ideal para jugar al té. Para mí, esta será una celebración siempre ligada al recuerdo de mi querida abuela.
Hoy en día como arquitecta y urbanista, alcanzo a percibir y comprender mejor la importancia de esta milenaria tradición mexicana que irónicamente al celebrar la memoria de los muertos da vida al espacio público a través de la identidad, apropiación, expresión y cohesión social que genera. El Día de Muertos, es una celebración a la memoria y un ritual que privilegia el recuerdo sobre el olvido.
Las tradiciones, sobre todo las que tienen presencia en el espacio público, siempre nos darán un sentido de pertenencia que nos motivará a cuidar el espacio que habitamos y tener así de a poco una mejor ciudad.
Gloria Morales. Licenciada en Arquitectura por la Universidad Autónoma de Sinaloa. MC. en Arquitectura y Urbanismo por la Universidad Autónoma de Sinaloa. Profesora e investigadora en temas urbanos.