El mal estado de la vía y las malas decisiones al volante del conductor de un tráiler ocasionaron lesiones y daños al patrimonio de este trabajador y padre de familia. Hoy te contamos la historia de Guillermo, un hombre que sobrevivió a un siniestro vial.
Guillermo González se dirigía a casa luego de una intensa jornada laboral en un negocio de autopartes, ubicado al sur de Culiacán. Al transitar sobre la avenida Heroico Colegio Militar, en el acceso a la colonia Alturas del Sur, sintió un fuerte golpe en el rostro. En cuestión de segundos su vista se nubló y perdió el conocimiento.
El hombre conducía un auto compacto, Gol Gt, modelo 1991, en dirección hacia el norte de la ciudad. Del otro lado de la vía transitaba un tráiler, cuyo conductor invadió los dos carriles en sentido contrario en su intento de esquivar los baches en el pavimento, impactando así al vehículo de Guillermo.
En ese momento, el área carecía de la infraestructura vial con la que cuenta actualmente: separación de carriles vehiculares, camellón, señalamiento y semáforo.
El golpe fue tal, que el copiloto del tráiler salió disparado hacia el pavimento, aunque con lesiones menores. Rápidamente se acercaron personas que presenciaron el siniestro, entre ellos, algunos compañeros de trabajo de Guillermo, quienes llamaron de inmediato a su jefe y al número de emergencias.
Guillermo calcula haber despertado luego de 15 o 20 minutos después. Apenas podía ver, debido a la sangre en su rostro. Entre las personas reunidas a los costados, reconoció a su jefe y a su suegra, quienes trataron de sacarlo del auto totalmente destruido.
Su jefe lo trasladó de inmediato a la Clínica Culiacán, donde atendieron sus lesiones en el costado izquierdo del rostro, principalmente en labios y dentadura, así como contracturas en distintas partes del cuerpo.
Han pasado ocho años de ese evento y Guillermo aún tiene presente el momento del impacto. Comenta que, aunque se siente afortunado por haber sobrevivido a un suceso de esa magnitud, todavía lamenta las repercusiones que éste trajo para él y su familia.
“Esto afecta de muchas maneras, afortunadamente tenía otro carro y con ese me muevo para trabajar, pero si no fuera por eso, me había quedado sin nada. Mi familia sí se cabreó un poco por el susto, pero ya viendo que estaba bien, se tranquilizaron”.
“Económicamente también nos perjudicó mucho. Ese carro era modelo ‘91, pero físicamente era como de ese año, 2016, estaba modificado. En una ocasión me ofrecieron un cheque en blanco por él porque estaba muy bien arreglado. El seguro solo me pagó 17 mil pesos, el valor del carro en aquel momento; pero tan solo en equipo de sonido tenía casi 60 mil pesos, porque el patrón me ayudó a arreglarlo. Habían pasado 15 días desde que lo pinté”, recuerda.
Como víctima de un siniestro vial, considera que más que la imprudencia del conductor del tráiler, el siniestro ocurrió debido a las condiciones de la calle.
“Creo que el estado de la calle fue prácticamente el causante del problema; claro que hay responsabilidad en el conductor del tráiler, él invadió los carriles en sentido contrario; pero los baches, de alguna manera, son los que generan estos accidentes. Yo mismo, si voy conduciendo y veo un bache, claro que quiero sacarle la vuelta, y a veces no nos damos cuenta si viene un carro o no”, comenta.
En 2016, cuando Guillermo sufrió ese siniestro vial, el INEGI reportó 360 mil 051 siniestros viales en todo el país. Ese año, el 12 por ciento de las personas con alguna discapacidad mencionaron que sus lesiones son consecuencia de esta problemática.
Entre 20 y 50 millones de personas cada año sufren siniestros viales.
A fin de rendir un homenaje a todas las personas que han sido víctimas en un siniestro vial, pero sobre todo para crear conciencia en la sociedad respecto a las consecuencias que ocasionan estos eventos viales, en 2005 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) convocó a los países miembros a designar el tercer domingo de noviembre al Día Mundial en recuerdo de las Víctimas de Accidente de Tráfico.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que, entre 20 y 50 millones de personas sufren traumatismos no mortales cada año en eventos de tránsito, y cerca de 1.19 millones mueren como consecuencia de un evento de este tipo.
Los traumatismos son la principal causa de mortalidad entre niños y jóvenes de 5 a 29 años. Dos tercios de las muertes por accidentes de tránsito se producen entre personas en edad de productiva, es decir, entre los 18 y 59 años.
La OMS advierte que existe una relación directa entre el aumento de la velocidad y la probabilidad de que ocurra una colisión.
“Por cada aumento del uno por ciento en la velocidad media, el riesgo de que se produzca una colisión mortal se incrementa en un cuatro por ciento, y el de colisión grave, en un tres por ciento”, indica.
La Organización Mundial de la Salud indica también que el riesgo de muerte para las y los peatones atropellados frontalmente por un automóvil se dispara al pasar de 50 km/h a 65 km/h; el riesgo es 4.5 veces superior.
Respecto a los impactos laterales entre automóviles que circulan a 65 km/h, el riesgo de mortalidad para los ocupantes es del 85%.
Las lesiones causadas por los siniestros viales son la principal causa de defunción de las personas entre los 15 y 29 años. El 71% de las muertes ocurridas en un evento de este tipo corresponden a conductores y pasajeros, mientras que los peatones que fallecen en sitio representan el 23.5 por ciento.
Respecto al consumo de sustancias, la OMS indica que cuando una persona conduce bajo los efectos del alcohol, el riesgo de colisión es posible, incluso con un nivel bajo de alcohol en la sangre; este incrementa considerablemente cuando el conductor presenta un nivel igual a superior a 0.04 g/dl.
Las y los conductores que usan el teléfono mientras conducen tienen cuatro veces más probabilidades de involucrarse en una colisión que los que no lo hacen, advierte la OMS. Esta distracción, añade, hace que se reduzca la velocidad de reacción, sobre todo para frenar y para hacer frente a las señales de tránsito, o bien, para que el vehículo se mantenga en el carril correcto y guardar las debidas distancias.
Las lesiones y mortalidad por colisiones de tránsito se pueden evitar, indica la OMS, sin embargo, se requiere la participación de todos los sectores incolucrados: transporte, policía, salud, educación, el sector privado y organizaciones de la sociedad civil; a fin de exigir medidas para la seguridad de las carreteras, los vehículos, y todas y todos los usuarios de la vía.
“Las intervenciones eficaces incluyen diseñar infraestructuras más seguras e incorporar características de seguridad vial en la planificación del uso del terreno y del transporte, mejorando las características de seguridad de los vehículos, mejorar la atención después de un accidente para las víctimas de accidentes de tráfico; promulgar leyes relacionadas con los principales riesgos y velar por su cumplimiento, y aumentar la sensibilización pública”, indica.