Micromovilidad: Ciudades caminables, reto Post COVID – 19
La crisis sanitaria provocada por el COVID-19 nos ha llevado a reflexionar sobre diferentes retos que deberemos enfrentar una vez regresemos a la ‘nueva normalidad’. La movilidad sin duda ha sido un tema que se ha visto afectado y hoy más que nunca deberemos tener el compromiso de generar cambios reales en beneficio de las personas.
Uno de estos retos principales, es el de caminar por las calles. Si de nuestra ciudad hablamos, en Culiacán te tocará convivir con un compañero de vía nada gentil, que dificulta la tarea de moverse de manera libre como peatón. Especialmente en zonas en donde las calles son extremadamente desproporcionadas con arroyos vehiculares anchos, banquetas muy angostas en donde a veces no puede caminar siquiera una persona, y con bastantes retos.
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Cuanto más caminables es una ciudad, mejores y más fuertes son los lazos que se generan en la comunidad, desde apoyar al pequeño comercio local hasta conseguir que los niñas, niños y jóvenes puedan desplazarse libremente y con plena seguridad.
Mejorar la Micromovilidad
Y es en este sentido uno de los grandes retos que enfrentaran las ciudades post COVID–19, será el impulso de una micromovilidad interna a las colonias y en los diferentes sectores de la ciudad, pero conectada con la movilidad general de la ciudad.
Pero, ¿Qué es micromobilidad?, en general se refiere a desplazamientos (caminando o en bicicleta) en distancias cortas, que sirven como conexión, ya sea para tomar el transporte publico o para satisfacer alguna necesidad básica como educación y recreación. Es una alternativa atractiva en medida que se regula y condicionan las vías para un mejor desarrollo de la misma.
Una manera efectiva de implementar esta alternativa es iniciando en los barrios habitacionales, un ejemplo de ello en Culiacán podría ser Barrancos e Infonavit Cañadas, dos de las células habitacionales más importantes de la ciudad y con gran cobertura de servicios como educación y recreación.
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Para mejorar el desplazamiento de las personas en distancias relativamente cortas, será esencial generar no solo políticas públicas y estrategias que nos permitan impulsar ciudades más caminables o el uso de la bicicleta. El reto nos pondrá a prueba para innovar y ofrecer a las persones mejores espacios públicos.
El diseño jugará desde hoy un papel fundamental en el resurgimiento de nuevas ciudades tras la crisis sanitaria. Esta es la oportunidad que los gobierno, la OSC y la academia no debemos dejar pasar.
