Sondeo en Culiacán: mujeres y el acoso en la calle y en el transporte público | Mapasin

Sondeo en Culiacán: mujeres y el acoso en la calle y en el transporte público | Mapasin

Adolescentes y mujeres adultas indican que el acoso es una constante en Culiacán; exigen la solidaridad de la sociedad e intervención de la autoridad

Este mes conmemoramos el Día Internacional de la Mujer, que busca generar conciencia sobre la importancia del empoderamiento femenino en todos los entornos, a fin de alcanzar una verdadera equidad de género.

Aunque existen grandes avances, las mujeres aún enfrentan vulnerabilidad en algunos aspectos, uno de ellos es el acoso en las calles y el transporte público.

Mapasin realizó un sondeo en Culiacán en el que entrevistó a mujeres de 15 a 47 años; sobre su experiencia de acoso en las calles y en el transporte público. Todas reconocieron haber enfrentado al menos cinco episodios de algún tipo de acoso en las calles o el transporte público, específicamente en camiones, cuando se dirigían a su hogar, trabajo o escuela.

 

Sondeo en Culiacán: Mujeres y el acoso en la calle y en el transporte público

 

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“Procuro ir acompañada”: Andrea, 17

Andrea Montenegro tiene 17 años y cursa el segundo grado de preparatoria. Recuerda que fue a los 15 cuando comenzó a enfrentar acoso en la calle, e incluso cuando viajaba en el camión. Comenta que en ninguno de los casos ha encontrado personas que se solidaricen para enfrentar al o los agresores.

“El principal acoso que me ha tocado es más que nada verbal: me han chiflado, me han dicho palabras indebidas. Ha sido en el camión y en la calle también, y creo que eso ha sido desde los 15 años, cuando una se empieza a desarrollar”.

Comenta que en algunas ocasiones ha intentado encarar a los agresores, pero es inútil, tampoco ha encontrado apoyo de otros pasajeros o pasajeras, o bien transeúntes.

“Una puede decirles, reclamarles; pero es como decirle a la pared, no les importa que exijamos que nos respeten. Yo le diría a otras mujeres que estén más atentas, y que nos apoyáramos entre todas y todos para que esto deje de pasar”.

La adolescente recuerda la historia de una de sus familiares, quien fue atacada sexualmente entre los 15 y 18 años, por tal razón toma medidas al circular en vía pública.

“Evado, procuro ir acompañada, de ir con amigas, o con algún hombre”, comenta.

 

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Andrea, 17 años.

 

Teresa conoció el acoso en Culiacán.

Teresa de Jesús García tiene 46 años, es originaria del municipio de San Ignacio y desde hace 10 años vive en Culiacán, donde trabaja como ayudante de limpieza. A su llegada a la capital del estado conoció el acoso en las calles y en los camiones.

“Desde que llegué a Culiacán me han pasado este tipo de cosas. En San Ignacio no me pasaba, allá nos manejamos a pie, no necesitamos camión, es como un ranchito y la gente respeta más”.

La mujer transita diariamente de su hogar, en el fraccionamiento Los Ángeles, a su trabajo, en la colonia Las Quintas. Calcula que a lo largo de esta década en Culiacán, ha enfrentado acoso al menos dos veces por semana.

“Me ha pasado que vengo en el camión y me han tocado. Le he pedido a los choferes que hagan algo, pero nunca hacen nada, les vale. Han sido muchas veces”.

“Las autoridades deberían hacer algo, también la gente que observa, otros hombres. Nosotras como mujeres tenemos derecho de trasladarnos libremente”, expresa.

 

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Teresa, 46 años.

 

Madre e hija viven acoso.

Dulce Anahí tiene 15 años y cursa la preparatoria, de donde sale casi al oscurecer. Es en el transporte público donde, indica, casi todos los días enfrenta las miradas intimidantes de hombres, lo que en algunas ocasiones escalan a silbidos o a algún comentario respecto a su físico.

“En el camión, o en las calles del Centro, cuando voy a agarrar el camión para ir a la prepa es donde más me pasa que me chiflan, se me quedan viendo, me gritan cosas indebidas. Es muy incómodo”.

Recuerda que fue hace dos años cuando fue acosada por primera vez, y llama a las autoridades a intervenir para que las mujeres caminen con más libertad, sin temor.

Samira Gómez tiene 47 años, es madre de Dulce y trabaja en el área del aseo de una oficina gubernamental. Indica que desde la edad de su hija y hasta la fecha ha recibido piropos por parte de extraños, lo que la inquieta y pide que haya más seguridad para ambas. 

“Pido que se garantice que nosotras las mujeres, que las muchachas caminen libremente, con seguridad por las calles. Cuando sale de la escuela es cuando más pasa esto. Deben poner más atención las autoridades, también a la falta de alumbrado público, que aprovechan muchos hombres”, expresa.

 

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Dulce, 15 años y Samira, 47 años.

 

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¿Qué es la violencia sexual?

La violencia sexual es todo acto sexual realizado contra la voluntad de otra persona, es decir, cuando una persona no da su consentimiento o cuando el consentimiento no se puede dar porque la persona es un niño o una niña, tiene una discapacidad mental, o está demasiado ebria o inconsciente como resultado del consumo de alcohol o drogas.

Los actos de violencia sexual pueden ocurrir en distintas circunstancias y entornos, uno de ellos es el acoso sexual, que incluye formas sin contacto físico, como comentarios sexuales sobre partes del cuerpo o la apariencia de una persona, silbidos, peticiones de favores sexuales, miradas sexualmente sugerentes, acecho, y la exposición de los órganos sexuales de una persona a otra.

También incluye formas de contacto físico, como los tocamientos, los pellizcos, las palmadas o rozarse contra otra persona de manera sexual.

Según datos del INEGI 2021, a nivel nacional, del total de mujeres de 15 años y más, 70% han experimentado al menos un incidente de violencia, que puede ser psicológica, económica, patrimonial, física, sexual o discriminación en al menos un ámbito, y ejercida por cualquier persona agresora a lo largo de su vida.

La violencia psicológica es la que presenta mayor prevalencia (52%), seguida de la violencia sexual (50%), la violencia física (34%) y la violencia económica, patrimonial y/o discriminación (27%).

 

Sondeo en Culiacán: Mujeres y el acoso en la calle y en el transporte público

 

En Sinaloa, el acoso sexual es un delito, también en redes sociales.

Según el Código Penal Sinaloa, en su Artículo 185 bis: 

“…Incurre en acoso sexual quien sin consentimiento y en perjuicio de la intimidad del sujeto pasivo, con propósitos de lujuria o erótico sexual, grabe, reproduzca, fije, publique, ofrezca, almacene, exponga, envíe, transmita, importe o exporte de cualquier forma, imágenes, texto, sonidos o la voz, de una persona, sea en forma directa, informática, audiovisual, virtual o por cualquier otro medio. Si la imagen obtenida sin consentimiento, muestra al sujeto pasivo desnudo o semidesnudo, se acredita por ese sólo hecho, los propósitos señalados en el párrafo anterior”.

“Comete también el delito de acoso sexual quien con fines de lujuria asedie a cualquier persona, sin su consentimiento, en lugares públicos, en instalaciones o vehículos destinados al transporte público de pasajeros”.

El delito de acoso sexual en Sinaloa se sanciona con pena de uno a tres años de prisión y de 300 a 600 días multa.

Acosadas, ¡15 millones de adolescentes en el mundo!

Cerca de 15 millones de mujeres, de entre 15 y 19 años de todo el mundo han sufrido relaciones sexuales forzadas en algún momento de su vida.

Fuente: A Familiar Face: Violence in the lives of children and adolescents, UNICEF, 2017

 

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Recomendación de Mapasin.

Desafortunadamente, el transporte público a través de los años, se ha convertido en espacios de miedo para las niñas, adolescentes y mujeres, en todo el mundo. Y como hemos observado, Culiacán no es la excepción, por tanto, se deben generar estrategias que ayuden a proyectar un sistema de transporte público seguro con perspectiva de género, para que dejen ser escenarios de violencia contra la mujer. Estrategias como capacitación de los operadores del sistema, integración de mujeres como trabajadoras en el sistema, y campañas informativas para toda la población sobre lo que es el acoso y los daños que representa, además de sus consecuencias legales. Sin duda, el acoso es un problema que debe abordarse desde diferentes ámbitos, como los sociales, legales y también desde lo urbano.

 


 

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