Supremacía del automóvil: ¿Dónde queda el peatón? (Parte 2 de 3)

Supremacía del automóvil: ¿Dónde queda el peatón? (Parte 2 de 3)
En la primera parte logramos conocer como nuestras ciudades han ido creciendo en torno a las necesidades de un actor, el automóvil. Dejando en vulnerabilidad a peatones, quienes a través de los años se han proclamado reyes y reinas de la ciudad. 

 

 Lee aquí la primera parte: Supremacía Del Automóvil: ¿Dónde Queda El Peatón?

 

Por una parte, las sociedades han entrado a una etapa donde el humano tiene la capacidad de modificar su entorno y cualquier acción implica riesgo. Es inevitable, se debe ser consciente y no hay que rehuir a esto.

Sin embargo, no debe ser una conciencia fría que raye en el cinismo, sino una consciencia con visión, es decir, reconocer que los actos tienen repercusiones fuera de nuestro círculo inmediato. Reconocer también que estos pueden modificar el medio en que vivimos, a su vez somos responsables del medio y de nuestras acciones.

 

 

Por otro lado, se debe construir nuevas herramientas intelectuales para comprender la realidad, de lo contrario el riesgo llegará a convertirse en presente, es decir, en catástrofe. También estas herramientas intelectuales tienen que estar en constante revisión y el proceso de construcción de estas herramientas debe ser transdisciplinario.

 

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En cuanto al riesgo, se debe tener una perspectiva dual, no solo considerar el peligro sino también la oportunidad de, trabajar multidisciplinariamente y transdisciplinariamente; incluso, no cerrarse por la posición socioeconómica; dialogar entre generaciones para hallar una solución, ya que de lo contrario no habrá mucho que salvar en el futuro. 

Según la OCDE, se ha dado mayor prioridad a los automovilistas con las políticas urbanas y de transporte y se ha relegado al peatón dejándolo en una situación de vulnerabilidad.

 

 

El principal reto que enfrentan las políticas públicas es diseñar ciudades donde el entorno urbano tenga como prioridad a las necesidades de los peatones:

“Los responsables de formular las políticas confían en las estadísticas de movilidad, que incluyen datos sobre los patrones de desplazamiento de las personas, para la formulación de políticas estratégicas de transporte y para la mejora de la seguridad y la eficiencia de los sistemas de transporte. Sin embargo,  los datos publicados raramente incluyen los desplazamientos a pie, lo que conlleva su exclusión de los análisis y del discurso político (OCDE, 2011).”

La intención no es prohibir el uso del automóvil, ya que esto sería difícil de lograr y sería visto como contrario a las nociones de libertad y elección. La intención es diseñar ciudades de tal calidad que las personas no necesitan moverse en carro.

Parte 2 de 3

 

Fuentes: Simmel, Georg 1988 “La metrópolis y la vida mental”. Seguridad peatonal, Manual de seguridad vial para instancias decisorias y profesionales, Organización Mundial de la Salud, 2013.


Colaboración de: Harlen Brighit Santaella Félix. Lic. en Sociología 

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