Banquetas: La velocidad y el caminar

Algunas de las cualidades urbanas que debe tener la ciudad sustentable son; la proximidad, es decir que todo esté cerca de casa. Que puedas ir caminando o en transporte público, la autonomía en el sentido de accesibilidad universal que permita a todas las personas desplazarse. Así como seguridad en el espacio público, y la vitalidad, tener vida en la calle para el encuentro, el ocio, la socialización.

Lo anterior se da a través de uno de los elementos urbanos de los que más carecen los culichis, las banquetas. Las banquetas o aceras son el medio a través del cual, cada individuo puede acceder a sus demás derechos, como la salud, educación. El caminar podría decir entonces, es una forma de rebelión.

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Al caminar eres libre, pero de igual forma vulnerable. Peatones y personas con discapacidad aparecen en la primera prioridad de la jerarquía de movilidad urbana, en relación a su capacidad física para resistir impactos. Según estudios de Liga Peatonal, organización a nivel nacional que impulsa proyectos de caminabilidad y seguridad vial enfocada a peatones, un peatón atropellado a 60 km/h, tiene solo el 10% de probabilidad de sobrevivir. Mientras que si es atroplleado a 30 km/h (las famosas zonas 30) tiene 90% de probabilidades de sobrevivir.

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La gestión de la velocidad es un tema de suma importancia en las ciudades y de estrecha relación con la caminabilidad en la misma. La velocidad en zonas hospitalarias y educativas es de 20 km/h. En Culiacán las velocidades incluso en esas zonas, son mucho mayores. ¿Necesitamos que alguien nos multe cada vez que excedemos los límites de velocidad? Podríamos empezar con ser más empáticos con otros medios de movilidad, en especial con los más vulnerables, los peatones.