Puentes anti peatonales: ciudades y seguridad | Mapasin
La mayoría de las ciudades mexicanas no cuentan con los estándares internacionales para proteger la seguridad del peatón, lo que ocasiona que los ciudadanos enfrenten problemas para ejercer su derecho humano a la movilidad, en condiciones de seguridad vial, accesibilidad, eficiencia, sostenibilidad, calidad, inclusión e igualdad. La infraestructura vial y el derecho a la movilidad cumplen papeles fundamentales para que los lazos sociales de las personas con discapacidad y personas adultas mayores no se rompan.
Checa esto: puentes anti peatonales: infraestructura insegura.
Los puentes anti peatonales constituyen una infraestructura vial que segrega y discrimina a las personas con movilidad restringida, pues en su mayoría no cuentan con accesos universales y los puentes que cuentan con rampas que “ayudan” a las personas con discapacidad, duplican y en ocasiones triplican la distancia a recorrer desde un punto al otro.
Los puentes anti peatonales en México, en su mayoría, también infringen la normativa y las leyes de tránsito. La falta de infraestructura, mantenimiento y comportamiento de los usuarios siempre lleva a debatir o cuestionar la construcción de este tipo de puentes.
La infraestructura vial, debe ser prioridad a la hora de identificar los factores de riesgo en las urbes, dado que es la responsable de impulsar las altas velocidades, las ciudades han promovido el aumento de los vehículos con el incremento de la infraestructura vial enfocada solo al automóvil, creando un mayor número de barreras físicas dentro de las ciudades. No es coincidencia que en las ciudades en donde existen una mayor cantidad de puentes de este tipo son las ciudades con más peatones atropellados, esta razón está vinculada a la velocidad de los automóviles.
En México y Latinoamérica, la respuesta ante el problema de los atropellamientos ha sido la construcción masiva de puentes peatonales, los cuales son espacios percibidos como inseguros y de difícil acceso, razones por las que los transeúntes de las ciudades latinoamericanas asumen el riesgo que significa no utilizarlos y enfrentar el flujo vehicular.
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La continua inversión en infraestructura destinada al tránsito vehicular ha generado y promovido vicios de intolerancia y falta de civismo en las vías, las cuales se convierten en variables que ponen al descubierto la relación entre conductores y peatones.
Los motivos de uso y desuso de los puentes peatonales están directamente relacionados con la capacidad del peatón para cruzarlos. El comportamiento de los peatones es un proceso complejo difícil de modelar, pues se encuentra condicionado por diversos factores como los atributos del viaje, las características del entorno, o factores individuales como género, alguna discapacidad, enfermedad, etcétera.
Ciudades que prohibieron la construcción de puentes anti peatonales.
Ciudades como Puebla, San Luis Potosí, Morelia, Monterrey se unen a reemplazar los puentes peatonales por cruces seguros a nivel de banqueta, estos cruces reducen el esfuerzo de los peatones, incentivan a caminar y resultan más inclusivos para todas las personas. enseñando a automovilistas que la prioridad son las personas que caminan.
Los ayuntamientos de estas ciudades toman la iniciativa de retirar puentes y transformar el territorio, con el objetivo de movilidad peatonal permitiendo la pacificación de las calles, haciendo realidad el derecho de movilidad de las personas y consolidar un sistema de movilidad urbana sustentable.
Puebla se ha convertido en la primera ciudad mexicana en donde quedara prohibida la instalación de puentes peatonales, a razón de que son poco utilizados por la población. La implementación de puentes peatonales solo se permitirá al cruzar autopistas o vías de acceso controlado, así como barreras naturales como ríos, canales o barrancos.
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La construcción de los cruces seguros mejorara la movilidad de las ciudades, implementado la correcta movilidad urbana inclusiva para todos los usuarios de las vías. Las condiciones de un cruce peatonal deberán plantearse siempre a nivel banqueta o del arroyo vehicular, acompañado por dispositivos de control de tránsito y las adecuaciones de diseño necesarias para las velocidades vehiculares con el fin de proteger la seguridad de las personas.
Estas soluciones garantizan la movilidad y accesibilidad de todos los peatones, disminuyen la distancia recorrida por los transeúntes y disminuyen la velocidad de los automovilistas, además de que su aplicación y mantenimiento son de bajo costo.
Además de no ser obligatorio el uso de un puente peatonal cuando las condiciones físicas de la persona se le impidan, al existir una línea de paso segura y sencilla se dan las condiciones de seguridad y accesibilidad.
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